domingo, 28 de marzo de 2010

El debate sobre la subida del IVA (entre liberales)



El 12 de marzo, Alberto Recarte publicaba un artículo titulado "Hay que mantener la subida del IVA". Muchas voces liberales se levantaron en contra de la opinión del presidente de Libertad Digital. Entiendo que Recarte lo único que trataba era aportar algo de realidad al debate económico. Sin embargo, no pretendo en esta entrada analizar sus razones, sino enlazar una serie de artículos que pueden ayudarnos para tener una opinión meditada.



Hay que mantener la subida del IVA (Alberto Recate) – 12 de marzo
Una primera respuesta a los comentarios críticos (Alberto Recarte) – 15 de marzo
¡Es la guerra dialéctica! ¡Más madera argumental! (Federico Jiménez Losantos) – 15 de marzo
¿Hay que subir el IVA? (Juan Ramón Rallo) – 17 de marzo


Por último, dejo a continuación el interesante debate en relación a este asunto que tuvo lugar en el programa "Es la Noche de César" de esRadio el 17 de marzo, y donde participaban junto a César Vidal, Alberto Recarte, Uriel Macías y Luis del Pino:

6 comentarios:

D45 dijo...

Fijate que Recarte no solo pedía la subida del IVA, sino la de más impuestos.

Sinceramente pienso que se ha vuelto loco.

Eetión dijo...

Yo creo, D, que Recarte sólo trata de elegir entre dos males, la subida del IVA (o incluso otros impuestos) y las consecuencias del descrédito de España en los mercados, pues piensa que la segunda opción incluso sería peor para todos nosotros. De todas formas, si tienes un tiempo para leer todos los artículos y oir el audio posiblemente lo entenderas mejor. Por cierto, mi opinión coincide con la de Rallo, para que no se diga que no me mojo.

Un saludo. Tu nuevo avatar está fenomenal.

rojobilbao dijo...

Sin bajadas previas del gasto público, defender cualquier subida de impuestos es una villanía. Si por una cuestión de convergencia debiera subirse alguno, que se reduzca el gasto proporcional, como mínimo.

Anónimo dijo...

Esta subida no va a conseguir casi nada y a cambio tendrá consecuencias muy dañinas sobre la actividad económica.

Sería necesario un brutal plan de reducción del gasto público, pero creedme que eso destruiría la economía española en un par de meses: deflación brutal, quiebras en cadena, despidos y subsidios masivos... una verdadera pesadilla económica y social.

Creo que nuestra única opción es seguir tirando de deuda y dejar pasar el tiempo para que, cuando la coyuntura internacional mejore, podamos realizar el ajuste a fondo, tratando de mantener el mayor porcentaje de tejido productivo posible. Eso siempre y cuando podamos seguir pagando la deuda. En todo caso volveríamos a adoptar el papel de potencia con ciclo invertido al del resto de Europa.

Aznar y ZP tendrían que haber realizado reformas durante la primera mitad de la década (fundamentalmente privatización de la sanidad y recentralización)... pero prefirieron mirarse el ombligo y quedar a bien con todos.

Anónimo dijo...

A este gobierno no se le puede dar ni un euro más privado porque lo que el señor de a pie invertiría bien y productivamente ellos lo malgastan improductivamente impidiendo al español medio gastar en formación para ellos y sus hijos, en inversiones necesarias para que rinda más su familia...No estoy de acurdo con Recarte principalment porque no se le puede dar dinero a un golfo maniroto, que es exactamente y me quedo corto, lo que representa este gobierno.

Eetión dijo...

Veo que todos coincidimos en que es necesario reducir el gasto antes de subir impuestos. Rojobilbao y Anónimo lo ven desde un punto de vista moral, pues el Gobierno actual es como un hijo pródigo que dilapida toda su herencia.

Daniel:
"eso destruiría la economía española en un par de meses"

¿No suena eso demasiado keynesiano, o sólo estás siendo realista? ¿No crees que los recursos liberados por la inversión estatal pasarían a manos privadas? Aunque evidentemente tenemos el problema de nuestro sistema financiero, incapaz tal y como está de facilitar financiación. Puede que el ajuste que se produzca por la reducción del gasto público sea menos traumático a largo plazo que el camino que estamos tomando ahora.