En muchas ocasiones se acusa al mercado de crear monopolios y está muy difundida la idea que la economía liberal protege a las grandes corporaciones en contra del consumidor. Sin embargo, lo que algunos llaman liberalismo, no cabe duda que constituye una forma de intervencionismo, donde poderosos lobbys influyen en los gobiernos para restringir la libre competencia. Quizás, si los estados no tuvieran las prerrogativas de modificar las condiciones del mercado a su antojo, la labor de estos lobbys no tendría sentido.
En relación con lo anterior, es muy interesante el artículo que Bobbie Johnson publicó el pasado mes de febrero en la versión online del periódico británico "The Guardian". Dejo a continuación, la traducción de aquella parte que me ha parecido más clarificadora:
Cuando usar “código abierto” te convierte un enemigo del Estado
Como si todo esto no fuera suficiente, aquí tenemos otro ladrillo para añadir a la tambaleante torre de noticias. Cortesía de Andres Guadamuz, un profesor de Derecho en la Universidad de Edimburgo.
Cuando Guadamuz realizó algunas indagaciones, descubrió que un influyente lobby está solicitando al Gobierno estadounidense que equipare, en esencia, el código abierto a la piratería, o incluso algo peor.
¿Qué?...
Está confirmado que la IIPA, un grupo que protege las organizaciones pertenecientes a la MPAA y a la RIAA, ha solicitado a la US Trade Representative (o USRT, una agencia gubernamental estadounidense que se encarga de reglamentar el comercio internacional) que considere incluir a países como Indonesia, Brasil o India en la "Lista 301", ya que estos utilizan software libre.
¿Qué es la "Lista 301"? Es un informe que examina la "aplicación o el incumplimiento de los derechos de propiedad intelectual" en todo el mundo, confeccionando una lista de países que el Gobierno americano debería considerar como enemigos del capitalismo. Esto se convierte con frecuencia en una especie de presión comercial, sobre todo relacionada con los medicamentos o las imitaciones de productos, encaminada a intentar forzar a los gobiernos a hacer cambiar sus comportamientos.
Ahora, incluso podríamos argumentar que no es una sorpresa que a la USTR, que tiene como misión fomentar el mercado libre capitalista, no le guste el software libre, pero esto no es tan evidente.
Sé que el software libre tiende a asociarse con ideales socialistas, pero también pienso que es un ejemplo del libre mercado en acción. Cuando una empresa no puede competir con otras grandes y poderosas, dan un rodeo y encuentran otro modo de reducir costos y competir. La mayoría de empresas que desarrollan software libre (FOSS) no pertenecen al Estado, solamente llevan el concepto de elasticidad de los precios a su lógica conclusión y usan la libertad como una herramienta para luchar contra sus competidores (¿acusaríamos a Google, quien ofrece gratis sus principales productos, de ser anticapitalista?)
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Por último, por si se quiere profundiza más en el mecanismo de creación de monopolios por parte del Estado, pongo a continuación el clásico de Thomas J. DiLorenzo: "El Mito del Monopolio Natural":
El Mito del Monopolio Natural - Thomas Dilorenzo Cuando usar “código abierto” te convierte un enemigo del Estado
Como si todo esto no fuera suficiente, aquí tenemos otro ladrillo para añadir a la tambaleante torre de noticias. Cortesía de Andres Guadamuz, un profesor de Derecho en la Universidad de Edimburgo.
Cuando Guadamuz realizó algunas indagaciones, descubrió que un influyente lobby está solicitando al Gobierno estadounidense que equipare, en esencia, el código abierto a la piratería, o incluso algo peor.
¿Qué?...
Está confirmado que la IIPA, un grupo que protege las organizaciones pertenecientes a la MPAA y a la RIAA, ha solicitado a la US Trade Representative (o USRT, una agencia gubernamental estadounidense que se encarga de reglamentar el comercio internacional) que considere incluir a países como Indonesia, Brasil o India en la "Lista 301", ya que estos utilizan software libre.
¿Qué es la "Lista 301"? Es un informe que examina la "aplicación o el incumplimiento de los derechos de propiedad intelectual" en todo el mundo, confeccionando una lista de países que el Gobierno americano debería considerar como enemigos del capitalismo. Esto se convierte con frecuencia en una especie de presión comercial, sobre todo relacionada con los medicamentos o las imitaciones de productos, encaminada a intentar forzar a los gobiernos a hacer cambiar sus comportamientos.
Ahora, incluso podríamos argumentar que no es una sorpresa que a la USTR, que tiene como misión fomentar el mercado libre capitalista, no le guste el software libre, pero esto no es tan evidente.
Sé que el software libre tiende a asociarse con ideales socialistas, pero también pienso que es un ejemplo del libre mercado en acción. Cuando una empresa no puede competir con otras grandes y poderosas, dan un rodeo y encuentran otro modo de reducir costos y competir. La mayoría de empresas que desarrollan software libre (FOSS) no pertenecen al Estado, solamente llevan el concepto de elasticidad de los precios a su lógica conclusión y usan la libertad como una herramienta para luchar contra sus competidores (¿acusaríamos a Google, quien ofrece gratis sus principales productos, de ser anticapitalista?)
Por último, por si se quiere profundiza más en el mecanismo de creación de monopolios por parte del Estado, pongo a continuación el clásico de Thomas J. DiLorenzo: "El Mito del Monopolio Natural":
2 comentarios:
Siempre he pensado que la izquierda quiere quedarse con lo del software libre por la sencilla razón de que suena bien y queda más fashion y la izquierda vive de propaganda.
Y además, ya sabes lo que pasa, D. Ellos, los progres, son los buenos y nosotros los malos.
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