sábado, 28 de diciembre de 2013

Jorge Valín y su postura «liberal» ante al aborto

Jorge Valín nos explica en su blog su postura ante el aborto. Le he dejado una respuesta en éste y me gustaría compartir dicha respuesta en mi blog.

«Y evidentemente, un feto no es una persona […]» (Jorge Valín)

En esta premisa está el núcleo que ha de definir la postura ante el aborto. Esta afirmación es cuanto menos arriesgada. Biológicamente, el feto, incluso el cigoto recién formado, es un ser humano. Sus genes así los indican. Eso no está definido por ninguna postura ideológica, es pura ciencia. En cuanto al concepto de persona, no sé como lo utilizas. Los católicos llevamos debatiendo este concepto filosófico desde hace siglos. Para ello debemos avanzar por los principios de la metafísica y definir primero el concepto de «ente». El ente se puede definir como aquello que es y está definido por dos conceptos fundamentales: el principio participante o esencia (que actúa como potencia) y el principio participado o acto de ser (que actúa como acto). Ese principio participante es lo que llamamos dignidad. En el caso de un ser humano, dignidad humana, en el caso de un animal, dignidad animal. Esos principios son intrínsecos al ser, definen lo que es, y el ser lo posee, está en acto, desde el mismo principio de su existencia. Por eso, un feto no está en potencia de convertirse en persona, es persona desde el principio de su existencia. Afirmar lo contrario sería como afirmar que algo puede convertirse en otro esencialmente distinto (es decir, una transmutación ontológica). Estudios biológicos afirman cada vez de forma más clara que el cigoto, el embrión humano no es tan solo un amasijo de células, donde cada una de las cuales es un ser (individuo) antológicamente distinto, sino que el embrión completo es un ser único, un individuo y por lo tanto participado de la esencia de persona, es decir es persona y posee la misma dignidad que cualquier otro persona ya nacida. Estas afirmaciones pueden ser deducidas filosóficamente a partir de la aportación científica de la biología. Ciencia y filosofía, nada más. Nadie ha hablado de posturas religiosas ni ideológicas.

Y si el cigoto desde su concepción es un ser humano, igual en esencia (dignidad) a ti o a mí, entonces está dotado de los mismos derechos que poseemos tú o yo. Desde un punto de vista liberal, no puede ser agredido (ni siquiera por la madre provocando su desaparición) ni mucho menos poseído[1] pues sería una posesión no consentida, en contra de su voluntad, un robo. Es decir que en el acto del aborto se viola tanto el principio de no agresión como el principio de propiedad privada.


[1] Como católico no considero que una persona pueda ser poseída por otro, incluso si la primera ha dado su consentimiento. Hago esta cesión para adaptarme a tu posicionamiento y demostrar que el aborto es contrario a tu planteamiento liberal.