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miércoles, 1 de mayo de 2013

1º de mayo: ¿6.200.700 de razones… o 2.700.000?

«Nunca un Primero de Mayo ha estado más cargado de razones para la movilización: 6.202.700 personas en paro (el 27,1% de la población activa, el 57% de los jóvenes menores de 25 años), más de la mitad de estos trabajadores no perciben ningún tipo de prestación económica y hay casi dos millones de familias que tienen a todos sus miembros en paro».

Tribuna de Cándido Méndez (Secretario general de UGT)


Sede de UGT en Mérida. Coste de la obra: 2.700.000 euros.


Enlaces relacionados:
UGT se gasta 2,7 millones de euros en su nueva sede de Mérida - Expansión

viernes, 30 de septiembre de 2011

La viñeta de la semana: La ubre europea

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domingo, 20 de febrero de 2011

La viñeta de la semana: Paulino y el experto de PISA

El Gobierno de Canarias ha encargado a los expertos que dirigen el Informe PISA de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) que aporte nuevas propuestas que consigan mejorar la calidad del sistema educativo canario.

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domingo, 13 de febrero de 2011

¿Sería posible garantizar el derecho universal a la salud a través de la Sanidad Privada?

Uno de los pilares del Estado del Bienestar es la atención sanitaria. En España, este derecho es universal. Así, el artículo 43 de nuestra Constitución, en su apartado 1, afirma: "Se reconoce el derecho a la protección de la salud". Y la Ley 14/1986, de 25 de abril, General de Sanidad, en su artículo 1, apartado 2, nos indica quienes son los titulares de esto derecho: "Son titulares del derecho a la protección de la salud y a la atención sanitaria todos los españoles y los ciudadanos extranjeros que tengan establecida su residencia en el territorio nacional".

En la actualidad, estos derechos son reconocidos y garantizados a través de un costoso sistema de sanidad pública cuyos costes alcanza el 6,10% del PIB nacional. Si consultamos el último informe del Sistema Nacional de Salud 2010 elaborado por el Ministerio de Sanidad y Política Social podemos obtener el siguiente cuadro:


Un detalle que llama la atención es que el gasto sanitario anual por habitante de la sanidad privada es significativamente menor. Podría ser esto consecuencia de un simple resultado estadístico, ya que una gran mayoría de la población española no puede acudir a la sanidad privada. Para confirmar estos datos deberíamos acudir a las estadísticas de las entidades aseguradoras privadas. Así, de la web de ICEA obtenemos las siguientes tablas (actualizadas a noviembre de 2010):

(hacer click para aumentar)

Y realizando las operaciones correspondientes podemos comprobar como el gasto medio anual por asegurado es 455 euros, siendo de 430 euros en el caso de la asistencia sanitaria particular y de 539 euros en el caso de la asistencia sanitaria que cubre a los funcionarios.

Teniendo en cuenta que la actual población española, según los últimos datos del 1 de enero de 2010, es de 47.021.031 de habitantes, podemos calcular que el coste total de la atención sanitaria a través de la sanidad privada sería de unos 25.365 millones de euros. Teniendo en cuenta una inflación acumulada del 4,6% entre diciembre del 2007 y diciembre del 2010 y que en torno al 20% del gasto sanitario público corresponde a gastos farmacéuticos (unos 13.340 millones de euros), que salvo hospitalización no son cubiertos por los seguros privados, podríamos obtener un ahorro de 27.996 millones de euros, es decir un 2,7% del PIB. Para hacernos una idea, esto supondría devolver a cada habitante del país unos 595 euros anuales, es decir, que una familia con dos hijos podría obtener 2.832 euros anuales por el ahorro del gasto. Además, al permitir la competencia entre las distintas compañías de seguros conseguiríamos disfrutar de una mejor oferta y libertad de elección ¿Cuál es el motivo para que el Estado no decida cumplir el artículo 43 de la Constitución a través de la sanidad privada? Los funcionarios ya pueden hacerlo.

sábado, 5 de febrero de 2011

La viñeta de la semana: Hay que cotizar


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viernes, 21 de enero de 2011

La viñeta de la semana: Doping versus Esfuercing


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viernes, 14 de enero de 2011

La viñeta de la semana: El por qué de la Ley Antitabaco


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sábado, 4 de diciembre de 2010

La crisis de los controladores: Los resultados del intervencionismo

No podría comenzar esta entrada sin lamentar la terrible situación de centenares de miles de personas que están sufriendo las consecuencias de la actual crisis de los controladores. Ellos son en realidad los verdaderos perjudicados.

Sin embargo, más allá de señalar los responsables finales de la actual situación me gustaría compartir mi reflexión sobre las causas últimas de esta pandemonio aéreo.

En España, salvo contadas excepciones, el servicio que prestan los aeropuertos se ofrece a través de una entidad pública empresarial, en este caso Aena, que es también propietaria de los mismos. En esencia, este planteamiento es el resultado de considerar que los servicios mencionados son imposibles de ser ofertados por la iniciativa privada. Y al final lo que resulta de esta toma de posición es la creación un monopolio estatal. Frente a aquellos que consideran que uno de los peligros del mercado es la creación de monopolios, podemos comprobar una vez más como es el Estado quien crea, favorece y mantiene posiciones monopolísticas.

Y he ahí la esencia del problema cuyas consecuencias sufre todo el país. Trascendiendo cualquier posicionamiento frente al Gobierno de turno, hay que decir alto y claro que la crisis de los controladores ha sido provocada por el mismo Estado y por su arrogancia al considerar que puede ofrecer un mejor servicio en la gestión de los aeropuertos que aquel que ofrecería la iniciativa privada. Una vez más, nuestra actual Estado del Bienestar se demuestra que no es tal, sino tan solo una quimera intervencionista que los Estados han conseguido vender a la mayoría de sus habitantes durante el último siglo.

¿Realmente hubiera sucedido esto en el caso de que hubiera existido una verdadera competencia entre aeropuertos? ¿Si el acceso a la profesión de controlador aéreo (no olvidemos que son empleados públicos) fuera completamente libre, se hubiera producido la tragedia que padecemos? Muchos intervencionistas y estatistas afirmarán que dicha tragedia hubiera sido mucho peor. En su posición late realmente un miedo ancestral a la libertad, un miedo que les lleva a pensar que es imposible que los individuos se organicen de forma espontánea y libre y consigan ofrecer a todos sus conciudadanos ese servicio digno que todos demandamos. Puede que, como en otras situaciones, vaya siendo ya hora de reconocer que el intervencionismo no funciona ni funcionará nunca. Puede que ya vaya siendo hora que cedamos el paso a la libertad.


Enlaces recomendados:
España: improvisación, caos y tensión – Contando Estrelas (Elentir)

sábado, 27 de noviembre de 2010

La viñeta de la semana: Las ayudas a la dependencia sí llegan


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miércoles, 22 de septiembre de 2010

¿No se dan cuenta de que han llegado al final del camino?

Fragmento de la novela "La rebelión de Atlas" (Ayn Rand)
Editorial Grito Sagrado

–Nuestro plan es verdaderamente muy sencillo –continuó Tinky Holloway, y trató de demostrarlo hablando con ufana y desenfada simplicidad–. Levantaremos todas las restricciones en la producción de acero y cada compañía fabricará lo que puede, según sus propios recursos. Pero, a fin de evitar la pérdida de tiempo y el peligro de una competencia desmesurada, todas las empresas depositarán sus ganancias brutas en un fondo común, que será conocido como “Fondo de Unificación Siderúrgica”, a cargo de una oficina especial. A fin de año, esa oficina repartirá los beneficios calculando la producción total de acero y dividiendo dicha cifra por el número de altos hornos en funcionamiento. Se realizará así una distribución equitativa para todos, pagándose a cada compañía según sus necesidades. Y como la conservación de los hornos es una necesidad básica en esta industria, se tendrá en cuenta para ello el número de hornos que cada firma posea.

Hizo una pausa, y añadió:

–Eso es todo, señor Rearden. – Y al no obtener respuesta, siguió: –¡Oh! Desde luego, habrá que eliminar muchos obstáculos, pero… ése es el proyecto.

Fuese cual fuere la reacción que esperaran, la de Rearden no pudo menos que confundirlos. Se reclinó en su sillón con mirada atenta, fija en el espacio, como si contemplara algo bastante próximo. Luego, con cierta extraña nota burlona, tranquila y personal, preguntó:

¿Quieren decirme tan sólo una cosa, muchachos? ¿Con qué cuentan para ello?

Sabía que lo habían entendido porque observó en sus caras esa expresión terca y evasiva que en otros tiempos consideró propia de los mentirosos que engañan a sus víctimas, pero que ahora sabía que era algo peor: la de quien se engaña a sí mismo y a su propia conciencia. No contestaron, guardaron silencio, esforzándose no en hacerle olvidar su pregunta, sino en olvidar ellos que la habían escuchado.

¡Es un plan muy sensato! –exclamó de improviso James Taggart, con un dejo de animación–.¡Funcionará! ¡Tiene que funcionar! ¡Queremos que funcione!

Nadie le contestó.


¿Señor Rearden…? –preguntó Holloway tímidamente.

Veamos –dijo éste–, Associated Steel, de Orren Boyle, posee sesenta altos hornos, un tercio de los cuales están ahora sin funcionar, mientras el resto produce un promedio de trescientas toneladas diarias por horno. Yo tengo veinte que trabajan a toda su capacidad, produciendo setecientas cincuenta toneladas de metal Rearden por horno por día. Entre los dos poseemos, pues, ochenta altos hornos, con una totalidad de producción “unificada” de 27 mil toneladas, lo que representa 337,5 toneladas por horno. Las quince mil toneladas diarias que produzco me pagarán como si fueran 6.750, mientras que por sus 12.000, Boyle recibirá el equivalente a 20.250. No tengo en cuenta a los otros miembros del fondo común, porque no influirán más que en rebajar aún más el porcentaje, ya que la mayoría de ellos trabaja peor que Boyle, y ninguno produce tanto como yo. ¿Cuánto tiempo creen que voy a durar bajo ese plan?

No hubo respuesta y luego Lawson exclamó súbitamente con expresión de rectitud:

–¡En tiempos de peligro nacional, es su deber servir, sufrir, y trabajar para la salvación del país!

–No comprendo de qué manera las transferencias de mis ganancias al bolsillo de Orren Boyle contribuirán a salvar el país.

–¡Usted debe hacer determinados sacrificios en beneficio público!

–No comprendo por qué Orren Boyle es más “público” que yo.

–¡Oh! No tiene nada que ver con el señor Boyle. Se trata de algo muy amplio, que abarca a más de una persona. Hay que proteger los recursos naturales y las fábricas y proteger todas las instalaciones industriales del país. No podemos permitir que quiebre una organización tan importante como la del señor Boyle. La nación la necesita.

–Yo creo –dijo Rearden lentamente– que el país me necesita a mí mucho más que a Orren Boyle.

–¡Desde luego!- exclamó Lawson con entusiasmo-. El país lo necesita a usted, señor Rearden. Se da cuenta, ¿verdad?

Pero el ávido placer de Lawson ante aquella fórmula familiar de autoinmolación desapareció bruscamente al escuchar la voz de Rearden, una voz fría, de comerciante:

–Sí, me doy cuenta.

–No se trata sólo de Boyle –insistió Holloway, suplicante–. La economía nacional no está en condiciones de soportar una dislocación de gran alcance. Hay miles de obreros trabajando en las fábricas de Boyle y también proveedores y clientes. ¿Qué les ocurriría si Associated Steel quebrara?

–¿Y qué sucederá a los miles de mis obreros, proveedores y clientes si soy yo el que quiebra?

–¿Usted, señor Rearden? –preguntó Holloway, incrédulo–.¡Pero si usted es el industrial más rico, seguro y fuerte del país en estos momentos!

–¿Y qué puede ocurrir más adelante?

–¿Cómo?

–¿Cuánto tiempo creen que podré trabajar a pérdida?

–¡Oh, señor Rearden! ¡Tengo plena confianza en usted!

–¡Al diablo con su confianza! ¿Cómo quieren que lo haga?

–¡Ya encontrará algún modo!

–¿Cómo?

No hubo respuesta.

–No podemos teorizar sobre el futuro –exclamó Wesley Mouch– cuando hay un colapso nacional inmediato que evitar. ¡Hay que salvar la economía nacional! ¡Tenemos que hacer algo! –La imperturbable mirada de curiosidad de Rearden le hizo perder los estribos.– ¿Es que tiene alguna solución mejor para ofrecernos?

–Desde luego –contestó enseguida–. Si es producción lo que desean, déjennos el camino libre, destruyan todas sus condenadas disposiciones, permitan que Orren Boyle se arruine y déjenme comprar Associated Steel. A partir de ese momento, cada uno de sus sesenta hornos producirá mil toneladas diarias.

–¡Oh! Pero es que… no podemos –jadeó Mouch–. Se trataría de un monopolio. Rearden rió.

–De acuerdo –dijo con indiferencia–. En ese caso, permitan que el supervisor de mis hornos sea quien haga la compra. Hará un mejor trabajo que Boyle.

–¡Oh! Pero eso sería permitir a los fuertes aprovecharse de los débiles. ¡No podemos consentirlo!

–Entonces no hablen de salvar la economía nacional.

–Todo lo que deseamos es… –se interrumpió.

–Todo lo que desean es una producción sin hombres capaces de producir, ¿verdad?

–Eso es… eso es teoría pura. Una exageración teórica. Lo que pretendemos es un ajuste temporario.

–Llevan ustedes años haciendo estos ajustes temporarios. ¿No se dan cuenta de que no les queda ya más tiempo?

–Eso es sólo… –su voz se fue apagando, hasta dejar de oírse.

Bien, fíjese en esto –dijo precavidamente Holloway -. No se trata de que el señor Boyle sea realmente… débil. El señor Boyle es un hombre de gran inteligencia, lo que ocurre es que ha sufrido algunos reveses desafortunados, totalmente imposibles de controlar. Había invertido enormes sumas en un gran proyecto, para asistir a los países económicamente en vías de desarrollo de Sudamérica, y la crisis del cobre ha representado un grave golpe financiero para él. Se trata sólo de darle la oportunidad de reponerse, de darle una mano que lo ayude a salvar ese hueco, un poco de ayuda temporaria, nada más. Lo que tenemos que hacer es nivelar los sacrificios y, a partir de entonces, todo el mundo se recuperará y prosperará.

–Ustedes han venido nivelando los sacrificios desde hace más de cien… –se detuvo–… desde hace más de mil años –articuló Rearden lentamente- . ¿No se dan cuenta de que han llegado al final del camino?

–¡Eso es sólo teoría! – exclamó Wesley Mouch.

Rearden sonrió.

–Conozco sus procedimientos –dijo suavemente–. Ahora son sus teorías las que trato de comprender.

No dejaba de intuir que el motivo específico, oculto tras el insensato plan, era Orren Boyle, y que un intrincada mecanismo de extorsión, amenaza, presión y chantaje, similar a una calculadora irracional que se hubiera vuelto loca y realizara operaciones descabelladas, había contribuido a incrementar la presión ejercida por Boyle sobre aquellos hombres a fin de forzarlos a la entrega de la última pieza de su saqueo. Sabía también que Boyle no era la causa ni el elemento esencial a considerar, sino tan sólo un usuario oportunista. No era Boyle quien había creado ni hecho posible la máquina infernal que ponía en peligro al mundo, ni tampoco ninguno de los hombres reunidos en aquella habitación. Todos viajaban en un vehículo sin conductor y sabían que acabaría desbarrancándose en su abismo final. Y no era amor ni miedo hacia Boyle lo que los hacía aferrarse a su ruta y seguir avanzando, sino algo distinto: un elemento, todavía sin nombre, que conocían, pero que trataban de evitar; algo que nada tenía que ver con la reflexión o la esperanza; algo que Rearden identificaba como cierta expresión en sus rostros; una expresión furtiva que parecía decir: "Yo puedo salir del paso". Hank pensó: "¿Y por qué creen que pueden?".

–¡No podemos permitirnos teorías! –repitió Wesley Mouch-. Tenemos que actuar.

– Bueno, entonces voy a ofrecerles otra solución. ¿Por qué no confiscan más fundiciones y listo?

La sacudida que los estremeció fue producto de un auténtico terror.


–¡Oh! ¡No! –jadeó Mouch.

–¡Ni pensarlo! –exclamó Holloway.

–¡Somos partidarios de la libre empresa! –gritó el Dr. Ferris.

¡No queremos perjudicarlo! –añadió Lawson, alterado–. Somos sus amigos, señor Rearden. ¿No podríamos actuar juntos? Somos amigos suyos.

Al otro lado de la habitación había una mesita con un teléfono, la misma mesa y probablemente el mismo teléfono sobre los cuales otro hombre se había inclinado hacía tiempo, alguien que ya entonces comprendía lo que Rearden empezaba a comprender y que había rehusado satisfacer la petición que ahora él negaba a los actuales ocupantes del aposento. Ambos vivían el final de aquella lucha y Hank podía ver el rostro torturado de Francisco y oír sus desesperadas palabras: “Señor Rearden, le juro… por la mujer que amo… que soy su amigo”.
Tal fue el hecho que entonces calificó de traición, y ése el hombre al que había rechazado, para seguir sirviendo a los que ahora se enfrentaban a él. ¿Entonces, quién había sido el traidor? Lo pensó casi sin sentir nada, sin derecho a sentir, inconsciente de todo lo que no fuera una solemne y reverente claridad. ¿Quién había otorgado a sus actuales ocupantes los medios para obtener aquella habitación? ¿Quién había sido sacrificado y en provecho de quién?

–¡Señor Rearden! –gimió Lawson–. ¿Qué le ocurre?

Volvió la cabeza y al percibir las temerosas pupilas de Lawson, adivinó lo que éste había visto en su cara.

–¡No queremos ocupar sus fundiciones!- gritó Mouch.

–¡No queremos privarlo de su propiedad! –exclamó Ferris–. No nos comprende.

– Empiezo a entenderlos.

Se dijo que un año atrás lo hubieran asesinado; dos años atrás habrían confiscado sus propiedades; generaciones antes, pensó, hombres de esta calaña se habían podido permitir el lujo de cometer expropiaciones y asesinatos, con la seguridad de fingir ante sí mismos y ante sus víctimas que el botín material era su único objetivo. Pero el tiempo se les estaba acabando y las víctimas habían desaparecido antes de lo que pudiera prometer cualquier cálculo histórico, y ellos, los saqueadores, se encontraban ahora en la necesidad de enfrentarse a la realidad indiscutible de su objetivo.

–Escuchen –dijo Rearden, cansado–. Sé lo que desean. Quieren comerse mis fundiciones y, al mismo tiempo, tenerlas. Y todo lo que quiero saber es qué les hace suponer que es posible.

–No sé a qué se refiere –contestó Mouch, ofendido–. Ya hemos dicho que no queremos sus plantas.

–Bien. Lo diré de un modo más preciso: quieren devorarme y al mismo tiempo contar conmigo. ¿Cómo piensan lograrlo?

–No sé cómo puede decir tal cosa, luego que le aseguramos que los consideramos un elemento de importancia incalculable para el país, para la industria del acero, para…

–Les creo. Por eso este enigma resulta aún más difícil. ¿Me consideran de importancia incalculable para el país? ¡Por Dios! Me consideran de importancia incalculable hasta para sus propias vidas. Permanecen ahí sentados, temblorosos, porque saben que soy el último capaz de salvarles la vida, y porque saben también que queda poco tiempo. Sin embargo, proponen un plan para destruirme; un plan que me exige, sin lugar a dudas, sin rodeos o escapatorias, que trabaje a pérdida, que trabaje aunque cada tonelada que consiga me cueste más de lo que sacaré de ella; que mande al diablo mi riqueza, hasta que todos juntos nos muramos de hambre. Semejante irresponsabilidad no es posible en ningún hombre, ni siquiera en un saqueador. Pero para haberlo ideado, ustedes deben contar con algo. ¿Con qué cuentan?

Observó la mirada de fastidio que se pintaba en sus caras, una expresión peculiar, dotada de cierto aire secreto y al mismo tiempo resentido, como si increíblemente, fuese él quien les ocultara algo.

–No comprendo por qué adopta una actitud tan derrotista –dijo sobriamente Mouch.

–¿Derrotista? ¿Creen verdaderamente que puedo seguir trabajando dentro de ese plan?

–¡Pero se trata de una medida temporaria!

–No existen suicidios temporarios.

–¡Sólo se ejercerá mientras dure la situación de emergencia! ¡Sólo hasta que el país se recupere!

–¿Y cómo quieren que ocurra tal recuperación?

No hubo respuesta.

–¿Cómo esperan que yo produzca, después de que haya quebrado?

–Usted no quebrará. Usted producirá siempre –dijo el Dr. Ferris indiferente, ni alabándolo ni increpándolo, simplemente en el tono de quien declara un hecho natural, como si hubiera dicho a otro: “Siempre será un holgazán. No puede evitarlo, lo lleva en la sangre”. O, para ser más científico, “Usted está condicionado a ser de ese modo”.

Rearden se irguió. Era como si hubiese estado luchando por encontrar la combinación secreta de una cerradura y, de pronto, en aquellas palabras, hubiera distinguido el leve chasquido indicador de que acababa de dar con ella.

–Simplemente es cuestión de sobrellevar la crisis –indicó Mouch–, de dar un respiro al pueblo, una posibilidad de recuperarse.

–¿Y luego?

–Las cosas mejorarán.

–¿Cómo?

No hubo respuesta.

–¿Qué las mejorará?

–¡Por Dios, señor Rearden! La gente no se queda quieta –exclamó Holloway–. Hacen cosas, crecen, avanzan.

–¿Qué gente?

Holloway agitó levemente la mano.

–El pueblo –dijo.

–Pero, ¿qué pueblo? ¿El pueblo al que ustedes van a proporcionar lo que queda de Rearden Steel sin conseguir nada a cambio? ¿La gente que seguirá consumiendo más de lo que produce?

–Las condiciones cambiarán.

–¿Quién las cambiará?

No hubo respuesta.

–¿Les queda algo por saquear? Si antes no se dieron cuenta de la naturaleza de su política, puede que no lo hagan ahora. Miren a su alrededor. Todos esos malditos Estados populares desparramados por la Tierra, han venido existiendo tan sólo gracias a lo que ustedes exprimieron a este país. Pero no les queda ya nada que extraer o de qué valerse, ningún país sobre la faz de la Tierra. Éste era el más grande y el último. Lo han dejado sin sangre, lo ordeñaron por completo, y yo soy el único y último resto del esplendor que alguna vez tuvo y que ya no puede recuperar. ¿Qué harán ustedes y su mundo de Estados populares cuando hayan acabado conmigo? ¿En qué confían? ¿Qué ven en el futuro, excepto pura y simple hambruna animal?

No contestaron, ni siquiera lo miraban. En sus caras se pintaba un obstinado resentimiento, como si sus palabras contuvieran la promesa de un mentiroso.

Luego Lawson dijo suavemente, reprochándole aquello y despreciándolo a la vez:

–Después de todo, ustedes, los empresarios, llevan años y años prediciendo desastres. Han advertido catástrofes luego de cada medida progresista, y siempre aseguraron que pereceríamos. Pero no fue así.

Inició una sonrisa, pero se interrumpió al observar la repentina intensidad que se pintaba en los ojos de Rearden. Éste había escuchado otro leve chasquido en su mente, más fuerte que el anterior: el segundo cilindro había conectado la combinación de la cerradura. Se inclinó hacia delante.

–¿Con qué cuentan? – preguntó. Su tono había cambiado, ahora era bajo y sonaba de un modo regular con el sonido persistente de una perforadora.

–¡Sólo es cuestión de ganar tiempo! –exclamó Mouch.

–Ya no tenemos más tiempo.

–Necesitamos una oportunidad –dijo Lawson.

–Ya no hay oportunidades.

–¡Sólo hasta que nos recuperemos! –gritó Holloway.

–No hay modo de recuperarse.

–Hasta que nuestra política empiece a dar resultado –agregó Ferris.

–No hay modo de que lo irracional funcione. –No hubo respuesta. – ¿Qué puede ya salvarlos?

–¡Usted hará algo! –exclamó James Taggart.

Entonces, aunque se trataba de una frase que había escuchado muchas veces en el transcurso de su vida, esta vez provocó un estallido ensordecedor en su interior, como si la puerta de acero se hubiese abierto luego de colocarse en su sitio el cilindro final, completando con su minúscula numeración la suma de un todo que servía para abrir el cerrojo complejo. La respuesta unía todas las piezas; tanto las preguntas formuladas como las heridas sin resolver en su existencia.

En el momento de silencio que siguió, tuvo la impresión de escuchar la voz de Francisco preguntándolo también ahora, en el recinto en que se hallaban: "¿Quién es el más culpable de los aquí reunidos?". En el pasado había respondido: "Supongo que… James Taggart", y Francisco, sin reproche, había disentido: "No, señor Rearden, no es James Taggart". Ahora, en esta habitación y en el presente instante, su mente respondió: "Soy yo".

Había maldecido a estos saqueadores por su obstinada ceguera, y era él quien la había hecho posible. Desde la primera extorsión que aceptara, desde la primera disposición que obedeciera, les había dado motivos para creer que la realidad era algo a lo que podían engañar; que podía exigirse lo irracional y que alguien lo aportaría de un modo u otro. Si había aceptado la ley de Igualación de Oportunidades; si había aceptado el decreto 10-289; si había acatado la regla según la cual aquéllos que no igualaban sus cualidades tenían el derecho a disponer de ellas. Si aquéllos que no habían sabido ganarse la vida obtenían beneficios y, en cambio, los otros sólo experimentaban pérdidas; si los incapaces de pensar eran quienes mandaban y los otros quienes obedecían… ¿eran ilógicos al creer que vivían en un universo irracional? Él había obrado en beneficio de ellos y había aportado todo lo que le pidieron. ¿Eran ilógicos al creer que sólo tenían que desear sin preocuparse por lo posible, mientras él estaba destinado a atender sus deseos, por medios que no se tomaban la molestia de conocer ni de nombrar? Aquellos impotentes místicos, luchando por escapar de la responsabilidad de la razón ¿sabían que él, el racionalista, se doblegaba a sus caprichos; que les había entregado un cheque en blanco sobre la realidad?... ¿Qué no debía preguntar por qué, ni ellos, cómo? Le exigirían que entregase una parte de su riqueza, luego todo cuanto tuviese y, más tarde, incluso más que eso… ¿Imposible?... No. Él haría algo.

No se dio cuenta de que se había puesto de pie y que contemplaba desde su altura a James Taggart, viendo en la acusada descomposición de sus facciones la respuesta a todas las destrucciones presenciadas en el curso de su vida.

–¿Qué le ocurre, señor Rearden? ¿Qué he dicho? –preguntaba Taggart con creciente ansiedad, pero la mente de Hank se hallaba fuera del alcance de su voz.

Estaba contemplando el paso de los años, las monstruosas extorsiones, las imposibles demandas, las inexplicables victorias del mal, los absurdos planes y los ininteligibles objetivos proclamados en volúmenes de fangosa filosofía. La desesperada perplejidad de las víctimas, según las cuales alguna malévola y compleja sabiduría movía las fuerzas destructoras del mundo. Y todo eso había descansado sobre una condición evidenciada ahora en los vacilantes ojos de los vencedores: "¡Él hará algo! ¡Saldremos del apuro! ¡Él hará algo!".

"Ustedes, los empresarios, se lo pasan predicando que pereceremos." Era cierto, pensó. No habían sido ciegos a la realidad, pero él sí, ciego a la realidad que él mismo se había creado. No, no habían perecido. ¿Pero quién sí? ¿Quién pereció para pagar aquella supervivencia? Ellys Wyatt… Ken Danagger… Francisco d`Anconia.

martes, 14 de septiembre de 2010

Nueva sección en el blog: Mitos de Neoizquierda

Existen pululando por la Red multitud de artículos, ya sea de avezados periodistas, blogueros de todo nivel o cualquier otro tipo de concienciados amanuenses, donde se trata de mostrar la maldad intrínseca del liberalismo o el capitalismo. Muchas veces me ha quedado con las ganas de comentar algunas de las ideas presentadas en ellos y confrontarlas con mi pensamiento católico-liberal. ¿Y por qué quedarme con las ganas? Así, me he propuesto crear una nueva sección titulada "Mitos de Neoizquierda" donde analizaré de la forma más sencilla posible esas ideas.

¿Y cual es el motivo de elegir el título comentado? En relación a la palabra mito, el diccionario de la RAE, en su cuarta acepción nos informa: “Persona o cosa a las que se atribuyen cualidades o excelencias que no tienen, o bien una realidad de la que carecen.” Creo que sobran más explicaciones. En relación a la palabra neoizquierda, la explicación quiero que sea más detallada. Para empezar, ¿por qué no Nueva Izquierda? Quizás la culpa de todo la tenga la obra de Orwell titulada 1984, donde el prefijo "neo" escondía un deseo totalitario de modificar la realidad amoldándola a una ideología cercenadora de la libertad.

¿Qué es la Neoizquierda? La pregunta no es fácil de responder. Con la caída de la Unión Soviética, la Izquierda perdió su modelo de referencia, o al menos una esperanza de que el Socialismo pudiera ser un sistema posible. De la misma manera que cuando el Imperio Romano de Occidente cayó, la Izquierda y su pensamiento se fragmentó en multitud de, llamémosles así, corrientes. Con el tiempo se reconstruyó a base de recolectar toda una serie de planteamientos anticapitalistas y antioccidentales, y sobrevive en la actualidad como un fósil viviente que se resiste a extinguirse. La Neoizquierda es, entre otras cosas, Socialdemocracia, una mixtura que ha enlodado nuestras sociedades occidentales, dirigiéndolas y amenazando con conseguir lo que no logró la Unión Soviética a lo largo de la "Guerra Fría": el fracaso de nuestro sistema de vida de origen cristiano y liberal. Baste con pensar en la actual crisis, que en contra de los que muchos neoizquierdistas pregonan, no es reflejo del fracaso del capitalismo, sino el fracaso de la susodicha Socialdemocracia.

Muchos autores han tratado de exponer las principales ideas de esta Neoizquierda. Una obra interesante por su concreción y claridad es la escrita por Rodolfo Casadei titulada “Los mitos de la nueva izquierda”. En ella, el autor analiza con maestría los principales planteamientos de esta ideología. Son también interesantes como puntos de partida para esquematizar el pensamiento neoizquierdista, las entradas del blog de Carlos López Díaz tituladas "El mapa mental de la izquierda" y "Mapa mental de la izquierda 2.0".

Bueno, creo que con esto basta para presentar la sección. Ahora sólo hará falta que me ponga manos a la obra para analizar esos artículos donde se nos presentas esos mitos de la Neoizquierda. Desafortunadamente, no será difícil encontrarlos. Lo difícil será decidirme cual, de entre la multitud, será objeto de mi humilde análisis. Creo que será útil y divertido.

jueves, 19 de agosto de 2010

El liberalismo de los Beatles (Taxman - El recaudador de impuestos)

¿Adivinas a quién podríamos dedicarla?


Deja que te diga cómo es
Uno para ti, diecinueve para mí
Porque soy el recaudador de impuestos
Sí, soy el recaudador de impuestos

Si el cinco por ciento te parece poco
Agradéceme que no me lo lleve todo
Porque soy el recaudador de impuestos
Sí, soy el recaudador de impuestos

Si conduces un coche, cobraré un impuesto por la calle
Si quieres sentarte, cobraré un impuesto por la silla
Si tienes mucho frío, cobraré un impuesto por la calefacción
Si te vas de paseo, cobraré un impuesto por los pies
Recaudador de impuestos

Porque soy el recaudador de impuestos
Sí, soy el recaudador de impuestos

No me preguntes para qué lo quiero
Aah, mister Wilson
Si no quieres pagar más
Aah, mister Heath
porque soy el recaudador de impuestos
Sí, soy el recaudador de impuestos

Ahora un consejo para los que se mueran
Recaudador de impuestos
Declarad los peniques de vuestros ojos
recaudador e impuestos
Porque soy el recaudador de impuestos
Sí, soy el recaudador de impuestos
Y sólo trabajas para mí
Recaudador de impuestos
Let me tell you how it will be
There’s one for you, nineteen for me
Cause I’m the taxman
Yeah, I’m the taxman

Should five per cent appear too small
Be thankful I don’t take it all
Cause I’m the taxman
Yeah I’m the taxman

If you drive a car, I’ll tax the street
If you try to sit, I’ll tax your seat
If you get too cold I’ll tax the heat
If you take a walk, I’ll tax your feet
Taxman

Cause I’m the taxman
Yeah I’m the taxman

Don’t ask me what I want it for
Aah mister Wilson
If you don’t want to pay some more
Aah mister Heath
Cause I’m the taxman
yeah, I’m the taxman

Now my advice for those who die
Taxman
Declare the pennies on your eyes
Taxman
Cause I’m the taxman
Yeah, m the taxman
And you’re working for no one but me
Taxman


Letra de la canción "Taxman" (El recaudador de impuestos) del álbum "Revolver" de Los Beatles. (Traducción de Letras4U.com)


Cuando en la canción se nombran a “Mr. Wilson” y “Mr. Heath”, se refiere respectivamente a Harold Wilson y Edward Heath, los lideres del Partido Laborista y el Partido Conservador en la época en la que fue escrita la canción. Durante su mandato como primer Ministro, Harold Wilson elevó el tipo máximo de impuesto de la renta al 95%. Se dice que fue esto lo que inspiró a George Harrison a componer la canción, quien posteriormente declaró: "Durante la época que compuse Taxman fue cuando me dí cuenta por primera vez que aunque habíamos empezado a ganar dinero, la mayoría de éste se nos iba en pagar impuestos. Era, y aún lo es, algo típico". En una entrevista en 1984 para la revista Playboy, Paul McCartney comentó: "George la escribió y yo le puse la música a la guitarra. La escribió cuando estaba enfadado al darse cuenta lo que el recaudador de impuesto había hecho. Nunca antes de ese momento había sabido lo que éste podía hacer con tu dinero"

La actuación que vemos en el video corresponde a actuación que realizó George Harrison en diciembre de 1991 en Tokio en compañía de Eric Clapton. Podemos escuchar como Harrison cambia "Mr. Wilson" y "Mr. Heath" por "Mr. Clinton" y "Mr. Bush" y añade nuevas estrofas. ¿Me ayudas en los comentarios a transcribir cuales son?



Enlaces relacionados:
El Monje loco, Margaret Thatcher y Hayek - El Liberal Autodidacta

Esclavo del Estado durante 171 días

Me llamo Juan Rodríguez. Soy mileurista. Hoy es 1 de enero y aunque es un día festivo, ya me siento desanimado. Mañana empezaré a trabajar para el Estado. Sin cobrar, día tras día, tediosamente, sin ilusión y así durante 171 días. Casi 6 meses. Soy un simple esclavo y no puedo quejarme. Me dicen que es por mi bien. Que hay que pagar la Sanidad, las Pensiones, las carreteras, los hospitales, y así una innumerable lista de servicios…

Estoy cansado. Llevo trabajando ya para el Estado 90 días. Y sin cobrar. Es mi obligación. Ya sabes, Hacienda somos todos. Pero veo pasar esos coches negros y sé quien va dentro. Ellos dicen que también son esclavos, pero una cosa nos diferencia. Yo no puedo decidir si he de trabajar 171 días sin cobrar o sólo 60 días. Eso lo hacen ellos. Pero, ¡yo qué sé de todo esto! Es mi obligación como ciudadano.

Ya queda poco. Ha pasado 141 días. ¡En apenas un mes podré cobrar y decidir que hacer con mi dinero! Habré cumplido y deberé sentirme orgulloso de contribuir. La verdad es que yo hubiera preferido comprarme una nevera nueva. Y cambiar la grifería del baño. Y ya puestos, comprarme ese ordenador, pues el que tengo renquea. ¡Pero qué se le va a hacer! ¡Lo primero es lo primero! Al menos eso dicen ellos, los que saben…

¡Al fin! ¡Mañana ya empezaré a trabajar para mí. El Estado me dará mi Carta de Libertad y lo que gane a partir de entonces será mío. ¡Todo mío, sólo mío! La verdad es que me siento un poco egoísta por lo que acabo de decir. Pero bueno, yo ya he cumplido con mi parte. 171 días son suficientes. Aunque se oyen rumores que apenas alcanzan para cubrir esos servicios que comenté al principio. Y yo me pregunto, ¿no habrá alguna forma de que paguemos menos y poder contar con aquellos servicios que cada uno necesite y haya decidido? Pero, bueno. ¡Qué sé yo! Al fin y al cabo, tan solo soy un mileurista…



Posdata: Me ha llegado mi carta de libertad y un resumen de mi aportación. No dejo de entristecerme cada vez que lo miro. Creo que acabaré tirándolo a la basura (el resumen, la Carta me ha costado mucho trabajo como para tirarla).



Enlace relacionado:
¿Cuánto dinero paga a Hacienda cada año? – Libertad Digital

domingo, 8 de agosto de 2010

UGT nos despoja de todo (el caso Fundescan)

En aquellos días, dijo Jesús: ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, pues sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera parecen bonitos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia! Así también vosotros, por fuera aparecéis justos ante los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía y de iniquidad. (Mt. 23, 27-28)


Fundescan es una asociación creada por UGT que gestionaba en Tenerife varias casas de acogida de mujeres maltratadas e impartía talleres de empleo y cursos de formación en toda Canarias. Llegó a manejar entre unos 4 y 5 millones de euros del presupuesto público, teniendo contratado a unos 180 trabajadores.

A principios de agosto del año pasado, un patronato asumió la gestión de la fundación. Y entonces fue cuando empezaron a descubrirse los problemas. Fue imposible conocer la situación económica y financiera de la institución. La anterior dirección no fue capaz o no quiso subsanar las deficiencias encontradas ni siquiera cuando se le solicitó por vía notarial. Por todo ello, el patronato tuvo que encargar una auditoria externa que hubo de reconstruir las contabilidades de los años 2007, 2008 y parte del 2009.


El resultado de la auditoria fue aterrador. La deuda de la asociación ascendía ya en el 2007 a unos 5 millones de euros. Entre los acreedores se encontraban la Seguridad Social, la Agencia Tributaria y varias entidades bancarias. En enero de este año, la deuda ya era de unos 8 millones de euros y Fundescan adeudaba a sus empleados la nómina de diciembre del 2009 y algún que otro atraso.

Por todo lo anterior, la asociación presentó suspensión de pagos y comenzó a negociar con los trabajadores un ERE para la totalidad de la plantilla, instándoles a aceptarlo, pues así podrían cobrar la prestación por desempleo lo antes posible. En relación a lo sueldos atrasados y a sus indemnizaciones por despido, les indicaba que tendrían que acogerse al FOGASA. Los trabajadores intentaron entrevistarse a través de sus representantes con Cándido Méndez sin conseguirlo e incluso le enviaron una carta informándole de los problemas.

La situación se hace cada vez más tensa ante la falta de una solución adecuada. El 11 de marzo de este año, un grupo de trabajadores se encierra en las dependencias de UGT en Santa Cruz de Tenerife, siendo necesaria la presencia de la Policía Nacional para que procedieran al abandono del local. Durante meses los trabajadores se encuentran en la terrible situación de ni poder inscribirse en las listas del paro para cobrar la prestación de desempleo, ni poder cobrar sus salarios, pues Fundescan no les da su carta de despido.

Y así han transcurrido los meses, sometidos los trabajadores a una incertidumbre angustiosa. Al final, un grupo de ellos denuncia a la propia Fundación, al sindicato UGT, al servicio Canario de Empleo e incluso a la propia FOGASA.

Por fin, el pasado 22 de julio se dicta sentencia por el juez del juzgado de lo social nº 6 de Santa Cruz de Tenerife. Condena a Fundescan y a UGT al pago de las correspondientes indemnizaciones de 45 días por año trabajado o a la readmisión de los trabajadores en sus puestos de trabajo. En la sentencia queda demostrado que Fundescan es parte de UGT.

¿Constituye el caso narrado una excepción? Se dice que las generalizaciones constituyen una falta de rigor, pero UGT ya ha protagonizado otras situaciones de este tipo. No olvidemos el caso de la promotora de viviendas PSV, que también quebró afectando a unas 20.000 familias y el de la aseguradora UNIAL que siguió los mismos pasos dejando a multitud de asegurados sin sus seguros. Es evidente que algo no funciona. Los sindicatos se han convertido en una parte del problema. Un problema donde el Estado y multitud de organizaciones, como los sindicatos, pretenden convertirse en protagonistas de la sociedad, privando a cada uno de los ciudadanos de su capacidad de decisión y de su responsabilidad personal. Un Estado del Bienestar que, exhausto, agoniza echando ahora la culpa al neoliberalismo y cuyas propuestas de soluciones persisten en los errores intervencionistas.

Y mientras tanto, los líderes sindicales siguen pronunciando discursos y haciendo declaraciones donde afirman que son sus sindicatos los que representan y defienden a los trabajadores. Y yo me pregunto, ¿hay alguien que sinceramente aún se lo crea?




Enlaces relacionados:
Empleadas de una fundación de UGT se desnudan porque el sindicato las "despoja de todo" – Libertad Digital
Cronología del caso PSV – El Mundo
Redondo y Compañía – Federico Jiménez Losantos (ABC - 1994)

sábado, 31 de julio de 2010

¡Acabemos con el paro, dejemos que los trabajadores ejerzan su libertad!

Selección del artículo "La historia del capitalismo" de Ludwig von Mises en Mises Daily en español:

El término "ganancias sociales" induce completamente a error. Si la ley fuerza a los trabajadores que prefieran trabajar 48 horas a la semana a no rendir más de 40 horas de trabajo, u obliga a los empresarios a incurrir en ciertos gastos en beneficio de los empleados, no favorece a los trabajadores a costa de los empresarios. Sean cuales sean las provisiones de una ley de seguridad social, su incidencia acaba recayendo en el empleado, no en el empresario. Afectan al importe de los salarios netos: si aumentan el precio que el empresario ha de pagar para una unidad de rendimiento por encima del tipo potencial del mercado, crean desempleo institucional. La seguridad social no impone a los empresarios gastar más para comprar trabajo. Impone a los asalariados una restricción referida al gasto de su ingreso total. Recorta la libertad del trabajador para disponer su hogar de acuerdo con sus propias decisiones.

El que ese sistema de seguridad social sea una política buena o mala es esencialmente un problema político. Podemos tratar de justificarlo declarando que los asalariados no tienen el conocimiento y la fortaleza moral para proveerse espontáneamente su propio futuro. Pero entonces no es fácil silenciar las voces de quienes preguntan si no es paradójico confiar el bienestar de la nación a decisiones de votantes a quienes la propia ley les considera incapaces de manejar sus propios asuntos, si no es absurdo hacer a ese pueblo supremo en la dirección de un gobierno que necesita manifiestamente un guardián que impida que gasten su propio dinero locamente. ¿Es razonable asignar pupilos el derecho a elegir a sus guardianes? No es casual que Alemania, el país que inauguró el sistema de seguridad social, fuera la cuna de ambas variedades de desprecio por la democracia, la marxista y la no marxista.

viernes, 30 de julio de 2010

La viñeta de la semana:Paulino se deshace de la derechona


En su discurso de elección como candidato a la Presidencia de Canarias por parte de Coalición Canaria, Paulino Rivero (en éxtasis) arremetió contra la "derechona" que lo único que quería era recortar lo público para dárselo a lo privado. A parte de que Soria se haya sentido aludido (excusatio non petita...), no se entiende cómo se puede criticar lo que tu propio gobierno hace. ¿Estaría haciendo autocrítica? Además, ATI muy de izquierdas no parece que sea, ¿o sí?


@Padylla. Si deseas ver otras viñetas publicadas por su autor esta semana, visita su blog www.padylla.com

viernes, 9 de julio de 2010

La viñeta de la semana: ¡Me hago autónoma!


@Padylla. Si deseas ver otras viñetas publicadas por su autor esta semana, visita su blog www.padylla.com

domingo, 13 de junio de 2010

El ataque de los zombis izquierdistas II (entrevista de Iñaki Gabilondo)

Continúo y termino el análisis de la entrevista realizada por Iñaki Gabilondo a Carlos Martínez, presidente de ATTAC España. Para abreviar, agruparé las respuestas cuando afecten a asuntos relacionados o que ya se hayan comentados en la primera entrada.



06:56 – Los mercado tienen nombre y apellidos, son la gran banca, las grandes transnacionales, los broker potentes que manejan los fondos de pensiones e inversión, personajes como George Soros que él mismo ha dicho que es un especulador. Y todos estos han adquirido tal capacidad de control que mandan sobre los Gobiernos.

09:20 – Europa está en una posición muy débil y sufriendo una auténtica delincuencia financiera, donde se ataca al euro, a los Estados y a las clases populares.

10:20 – La reivindicación de la Izquierda: La economía es para la persona y actualmente la EU no está pensando en salvar a las personas, está pensando en salvar a los mercados.

Volvemos al concepto erróneo de lo que es el mercado que ya hemos comentado. El mercado como agente autónomo explotador del trabajador. Y a esto se añade el elemento del especulador como representante de este mercado malvado. Puro planteamiento marxista de la realidad. Por una parte el mercado, el capital, los especuladores y por otra lo que llama "las clases populares". Sobre el "malvado especulador" ya he hablado en la entrada "Mises y los especuladores".

Frente a este planteamiento de especuladores explotando al resto de la sociedad, podemos ver que la realidad es muy diferente. Según una nota de prensa de Inverco, a fecha de abril del 2010 existían un total de 1.178 Planes de Pensiones del Sistema Individual, cuyo patrimonio asciende a 52.413 millones de euros, existiendo 8,40 millones de cuentas partícipes. ¿8,40 millones de explotadores? Realmente la inmensa mayoría de los mismos pertenecerán a esa "clase popular" que es atacada. ¡Vamos, que se ataca a si misma!

Y luego está la frase que define la reivindicación de la Izquierda: "La economía es para la persona". Parafraseando una antigua expresión, "Todo para las personas pero sin las personas". Que decida el Estado lo que está bien o mal y no dejemos que sea ese mercado formado por millones de personas el que elija su propio camino mediante las distintas decisiones individuales.


08:10 – El pensamiento izquierdista tienen más sitio que nunca en la actual sociedad si se explica y se actúa con inteligencia y a su vez con contundencia.

13:00 - Tomar conciencia de la situación (y ellos informarán a los ciudadanos de cual es la situación) y movilizarse (desde luego desde un punto de vista democrático).

20:50 Hay que volver ha hacer aquella labor que la izquierda abandonó, aquellas casas del pueblo donde a las gentes se les enseñaban. Ahora estas casas han de ser las páginas web y otros recursos tecnológicos.

Eso es. El pensamiento izquierdista que nos ha traído la crisis (banco central, manipulación de intereses, fomento de hipotecas basuras) puede ahora librarnos de ella. Sólo hay que ser lo suficientemente inteligente para modificar la realidad y a la vez, pregonar una y otra vez, con contundencia, esa realidad inventada. Y todo desde un punto de vista democrático, pues como todos sabemos, la verdad es lo que dice la mayoría y todo es relativo. Y para eso, resucitemos en versión moderna esas casas del pueblo donde a la gente ¿se les enseñaba? (por cierto, no olvidemos recursos como la Educación para la Ciudadanía aunque sean métodos clásicos)


08:28 – Esta crisis viene de los años 70.

¿Y eso? En el minuto 02:33 nos dice que la crisis empieza con la revolución conservadora que encabeza Margaret Thatcher y Ronald Reagan. Ahora afirma que viene de los años 70. ¿Podría aclararse, por favor?

10:08 – También estamos pensando en los derechos de los pequeños empresarios y los trabajadores autónomos que van a pedir un préstamo y los bancos no se los dan.

Pues no estaría de más que exigieran a la Administración Pública que pagase todo lo que debe a estos pequeños empresario y autónomos. Puede que de esta manera, muchos de ellos no tuvieran que pedir ningún préstamo. Y de igual manera, digánle al Estado que deje presionar a los bancos españoles para que compren deuda pública.


13:47 Serie de medidas: La tasa Tobin, impuestos sobre tasaciones financieras, la supresión de los paraísos fiscales, defender el sector y los servicios públicos y la banca pública que sirva de colchón.

14:30 Es necesaria una banca pública que hubiera evitado en este momento la sangría crediticia que sufre las pequeñas empresas y que trabaje para la economía real. Esta banca no tiene que rendir cuenta a unos inversores y por lo tanto tiene otra posibilidad de actuar. Esta banca pública ha existido y ha funcionado bien.

21:55 Hay dinero, y esta el dinero de sobra para salir de la crisis (conseguido por métodos fiscales)

22:54 El ejemplo de Brasil y su impuesto del 2-3% sobre los capitales que no ha hecho que estos se marchen.

Y estas son las medidas que solucionarán la crisis. Impuestos que quiten el dinero del bolsillo de ciudadano para dárselo a los Estados que sabrán mejor que estos donde gastarlo. Pues el fin y al cabo ahí afuera está el dinero que el Estado necesita. No evitemos el despilfarro, no disminuyamos la burocracia, subamos los impuestos, primero a los que mueven mucho dinero (que sorpresivamente no son los ricos aunque, ¿quién decide quién es rico?), luego a los no tan ricos y más tarde a todos (una versión moderna de Robin Hood).

Y después de las medidas confiscatorias propone la banca pública. Una banca que también favorecerá a aquellos que el Estado decida (¿nos hemos olvidado del caso de las Cajas de Ahorro?)

Y por último nos da el ejemplo de Brasil. Sin embargo, esta medida no afectó a las inversiones extranjeras directas aunque de todas formas la propia hacienda brasileña estimó una reducción de la entrada de capital extranjero de un 20%, provocándose también una caída de más de un 3% en la bolsa de Sao Paulo cuando se dio a conocer la noticia (tampoco deberíasmos olvidar que dicha medida también también fue tomada para evitar la depreciación de la moneda brasileña). Como se puede ver, en Brasil no pasó nada…


17:19 El neoliberalismo ha penetrado incluso los partidos socialdemócratas.

19:00 El fenómeno italiano. Una democracia liberal autoritaria. Berlusconi controla Italia con cinco canales de televisión. Ellos saben de sobra que hay que embrutecer las mentes para imponer esos criterios.

Yo más bien diría que la socialdemocracia ha penetrado en los partidos liberales (si es que alguna vez hubo alguno realmente liberal). Ser socialdemócrata hoy en día es ser keynesiano y nadie negará que estas ideas impregnan en la actualidad todo el discurso económico.

¿La mención del fenómeno italiano no será otro ejemplo de ver la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el propio?


17:53 ¿Crecimiento hacia donde, a qué, para qué? El crecimiento infinito como un asunto absurdo, pues no es posible.

18:18 Tenemos que buscar un tipo de sociedad donde todos y todas nos encontremos cómodos, podamos vivir con dignidad, podamos vivir con cierta frugalidad.

Otra idea recurrente del pensamiento altermundista. Ir en contra del crecimiento, predicar el estancamiento, la reducción de la población para un mejor reparto de los recursos y el deseo de alcanzar una miseria igualitaria (llámese ahora frugalidad).

lunes, 31 de mayo de 2010

El ataque de los zombis izquierdistas (entrevista de Iñaki Gabilondo)

Me he enterado a través de Francisco Concepción de la entrevista que Iñaki Gabilondo hizo el pasado 26 de mayo a Carlos Martínez, presidente de ATTAC España. Recuerdo que hace años, TVE emitió una serie de documentales titulados "Otro Mundo es posible" donde se alababa la visión de estos grupos antiglobalización. Puede que ahora, aprovechando las aguas revueltas de la crisis, intenten retomar aquella presencia pública que antaño tenían.

Pretendo analizar la entrevista a lo largo de varias entradas, pues es tal el cúmulo de tópicos progres que intentar hacerlo en una sola haría ésta excesivamente extensa. Para ello, iré señalando distintos momentos de la entrevista para comentar los planteamientos expuestos. Empecemos…



00:18 - El Roto: "Si votamos a partidos, ¿por qué luego gobiernan los mercados?"
00:24 - ATTAC: Vivimos en una dictadura global del mercado a las que están sometidas la política y la sociedad.

Realmente esta gente no entiende lo que significa el mercado. Lo ven como una especie de sacamantecas, algo con vida propia y externo a la sociedad con la misión de manipularla a su antojo. Sin embargo, el mercado es la sociedad. Parafraseando la conocida frase de Hacienda, el mercado somos todos. Es la voluntad de millones de personas la que controla los movimientos del mercado. Y eso a pesar del esfuerzo de los Estados que con sus políticas intervencionistas intentan dirigir dichas voluntades individuales.


00:35 - ATTAC: Pide que los mismos que provocaron la crisis, los bancos, sean los que paguen sus consecuencias y no los ciudadanos.

Dice un viejo aforismo del Derecho Penal que quien es causa de la causa, es causa del mal causado. El actual sistema bancario, incluyendo a los perniciosos bancos centrales, ha sido una criatura sostenida por los Estados. Prácticamente desde siempre, los Estados han intentado controlar ese bien esencial que llamamos dinero y que permite el funcionamiento de los intercambios. La manipulación de los tipos de crédito, la reserva fraccionaria, esas son las causas últimas de los males que sufrimos. Aunque por otra parte, puede que hubiéramos debido dejar quebrar a esos bancos a pesar de las consecuencias para todos los ciudadanos, pues, ¿cómo hacer pagar a los bancos sin que al mismo tiempo paguen los ciudadanos?


01:41 - Ustedes fueron los primeros que anunciaron lo que iba a pasar.

¿Fuero sus predicciones tan acertadas como logros que mencionan? (la negrita es mía):

“El movimiento altermundialista ha contribuido a que se produzcan cambios fundamentales en la política interna de varios estados. Países como Bolivia, Noruega, Venezuela, Ecuador y Brasil han podido elegir a gobiernos con programas que tratan de romper con el neoliberalismo y la privatización.” [Los primeros diez años de ATTAC (1998-2008)]


02:33 - La crisis empieza en la revolución conservadora que encabeza Margaret Thatcher y Ronald Reagan. De la consigna de Reagan: “Hay que adelgazar el Estado y engordar las finanzas” ahí, hace más de treinta años, empieza todo.

Como siempre demonizando a los dos anteriores políticos. Está visto que cuando la izquierda consigue un chivo expiatorio tarda mucho en soltarlo. Y también es evidente su malintencionada falta de memoria. Después de la Segunda Guerra Mundial la economía británica había crecido a un ritmo menor que el resto de países de la Europa Occidental. Entre los años 1973 y 1979 estaba completamente estancada. Quizás estos progresistas no recuerden que gracias a las políticas intervencionistas, en 1976 el gobierno de Callaghan tuvo que pedir un préstamo al FMI para evitar la bancarrota. Y entonces llego Margaret Thatcher… A finales de su mandato, el gasto público era un 37,6% del PIB, el país tenía un superávit del 0,9%, el tipo máximo del impuesto sobre el trabajo se había reducido del 98% al 40% y el de las sociedades del 52% al 33%. La tasa de paro era del 6% y la inflación del 5%. Y por último, el PIB per cápita había aumentado un 35% desde 1979. Esa era la crisis que dicen que había empezado políticos como la Dama de Hierro.




03:12 - Tras la caída del muro parecía que habían triunfado las tesis liberales, neoliberales, y que efectivamente todo lo social sobraba y el Estado sobraba. Al haber desmontado, al haber acabado con todas las capacidades que tenían los Estados de control, de regulación, etc, al haber puesto la economía por encima de la política, se resintió no sólo lo que sería, digamos, un sistema económico como el que había antes más controlado y regularizado, sino que se resintió también la democracia.

De estas palabras podría deducirse que el peso del Estado ha estado disminuyendo cada día más desde la caída del muro. Sin embargo, la realidad es todo lo contrario. Según podemos ver en el informe del 2009 de la Heritage Foundation sobre el índice de dependencia de los habitantes de los Estados Unidos de su Gobierno, el papel del Estado no ha hecho más que aumentar. Durante la era Reagan dicho índice se mantuvo prácticamente constante, pero a partir de entonces, ha pasado de un valor de 114 en 1989 a 240 en 2008. Esto significa que cada vez un mayor número de personas dependen del Estado. Y este es el verdadero peligro para la democracia. Cuando una persona depende del Gobierno de turno para sobrevivir, se convierte en un esclavo de dicho Gobierno.

Valores del Índice de Dependencia del Gobierno en relación a los principales cambios de política



04:08 El ultraliberalismo de Bush y el capitalismo feroz como pensamiento único donde se acaban los derechos sociales.

Aquí nos encontramos con otro de los tópicos más manidos de la progresía. Llamar ultraliberal a Bush es como mínimo un signo de ignorancia (me temo que pueda ser incluso una señal de mala fe y manipulación). Tal como exponía Ángel Martín en un excelente artículo hace unos meses, Bush ha sido el presidente más intervencionista de los últimos 50 años.

Gasto federal por familia



05:00 La liquidación del movimiento obrero contribuyó a implantar el pensamiento único neoliberal, acabándose también con la clase obrera fordista pasando del capitalismo fordista al capitalismo financiero. Se cambió de la economía real de los talleres y las fábricas donde la gente se solidarizaba y se apuntaba a los sindicatos, a otra donde esto no existía. De esta forma nos quedamos indefensos frente a aquellas personas que no tenía otro objetivo que enriquecerse y debilitar el sistema democrático.

Es decir, que estos progres sienten nostalgia de las fábricas de principios del siglo XX. Posiblemente también desearía volver a las fábricas textiles del siglo XVIII. Allí era fácil predicar ideologías como el marxismo. Lástima que esos tiempos hayan pasado y que en la actualidad los sindicatos se hayan convertido en unos fósiles a extinguir (al menos tal y como están actualmente organizados) ¡Qué malo es el capitalismo que ha conseguido elevar el nivel de vida de la gente!


Textos recomendados:
La era de Margaret Thatcher – Lorenzo Bernaldo de Quirós (Cato Institute)
The Economist alerta sobre la expansión del gobierno y el "capitalismo de Estado"
Albert Esplugas (Libertad Digital)

viernes, 16 de abril de 2010

La viñeta de la semana: La jubilación a los 67... ¡a tragar!


@Padylla. Si deseas ver otras viñetas publicadas por su autor esta semana, visita su blog www.padylla.com