miércoles, 19 de mayo de 2010

La Salida a la crisis: El Capitalismo Liberal

A pesar de que muchas voces interesadas o poco formadas digan todo lo contrario, la crisis actual que vive España no es una crisis provocada por el capitalismo. Al contrario, es una crisis de la socialdemocracia o del actual Estado del Bienestar que demuestran ahora, con aterradora crudeza, la ineficacia de sus planteamientos. Como es bien sabido por todos los que han seguido los acontecimientos, la crisis se dio a conocer por los problemas financieros acontecidos en los Estados Unidos. Rápidamente, aquellos sectores de la izquierda que realizaba su particular travesía del desierto ideológica vieron la ocasión perfecta para echar las culpas al capitalismo.

Sin embargo, la teoría austriaca del ciclo económico permite descubrir la verdadera causa de la catástrofe: en esencia, nuestro sistema bancario y monetario es tan socialista como los antiguos planes quinquenales de la URSS. Organismos estatales, los bancos centrales, dictan sus normas intervencionistas y en su ciega prepotencia manipulan a su antojo los tipos de intereses, intentando fijar de este modo la preferencia temporal de millones de personas.

¿Se están tomando las soluciones adecuadas para solventar la crisis? En el mejor de los casos se conseguirá sortear a duras penas las dificultades. Pero todo será un parche que durará poco y provocará el acaecimiento de una nueva crisis.

Y entonces, ¿qué nos queda? Nos queda intentar lo que posiblemente nunca se haya llegado a intentar en serio: el capitalismo liberal. Es el momento de abandonar de una vez por todas esos hábitos socialistas y keynesianos, solamente defendidos por una falta de valor para abandonar prejuicios ideológicos, y tan queridos por los Estados al proporcionarles una base teórica para sus ansias intervencionistas.

En octubre del 2006, José Carlos Rodríguez nos daba a conocer un documental titulado “La Salida: El capitalismo liberal”. Obra de Oliver Laufer y Christian Perli, miembros del ODLV, nos da un planteamiento inicial del camino mencionado a seguir.

Antes de ver el video, me gustaría exponer algunas ideas. En el documental se nos indica que las funciones de un Estado liberal estaría limitadas a la Seguridad (tanto física como jurídica), a la Justicia y las Obras Públicas. Cualquier liberal minarquista estaría de acuerdo con las dos primeras funciones y puede que no tanto con la tercera. Particularmente considero que puede ser un planteamiento inicial antes de encontrar una solución satisfactoria al problema de los bienes públicos, aunque no debería desecharse la idea de privatizar los mismos y reducir aun más el Estado para limitarlo al ejercicio de las dos primeras funciones.

Otra idea que se presenta en el documental es la función social del Estado. Aquí sí considero que la iniciativa privada puede lograr mejores resultados. Buen ejemplo de ellos son las instituciones católicas tales como Cáritas que han demostrado su valía a lo largo de los años. Y todo ello, sin la colaboración necesaria del Estado.

Por último, comentar el caso del movimiento "Rumbo Propio" que defiende una autonomía para Zulia, un estado venezolano. El planteamiento autonomista tal como ha sido desarrollado en España ha demostrado ser un problema más que una solución. Analizar el mencionado movimiento venezolano sería motivo de una entrada propia por lo que sólo comentaré que las razones de sus peticiones, así como el marco de su aplicación en un Estado federal, seguramente lo diferencian en gran medida del planteamiento autonomista español.



Enlaces relacionados:
Organización por la Democracia Liberal en Venezuela (ODLV)
Democracia Liberal (MDL)

7 comentarios:

eze dijo...

Hola Eetión,

Cuando nos planteamos un problema práctico, es decir, cuando nos preguntamos qué hacer, existen dos clases de razones que sopesar para decidirnos por una de las diferentes alternativas.

La primera clase la constituyen las razones morales. La segunda, las razones prudenciales. Las razones morales apoyarán una alternativa más que otra según sea más o menos correcta. Las razones prudenciales apoyarán una alternativa más que otra según sea más o menos conducente a la satisfacción de nuestros intereses.

Si he comprendido bien tus convicciones dado ésta y el resto de tus entradas que he leído (y corrígeme si me equivoco), tú crees que el conjunto de medidas de organización política y económica que denominas 'capitalismo liberal' no sólo constituyen la mejor alternativa desde un punto de vista moral, sino también desde un punto de vista prudencial.

Es decir, para ti el capitalismo liberal es el sistema más ético y el que mejor satisface los intereses materiales que los ciudadanos compartimos.

Como sabes, no estoy de acuerdo contigo respecto a que el capitalismo liberal sea la alternativa con más apoyo de razones morales. Creo que el diseño institucional que más se aproxima al ideal de justicia es más cercano a lo que en Europa se conoce como 'Estado social' y, en los círculos académicos, como el que propone el 'liberalismo igualitario'.

Sin embargo, lo que me propongo aquí no es discutir qué teoría está mejor fundamentada por razones morales, sino que quisiera decir algo sobre su fundamento en razones prudenciales.

Aun cuando estemos de acuerdo por razones morales en que una determinada teoría política es la que debe gobernar nuestro diseño institucional, ello aún no nos dice nada acerca de cómo debe ser su concreción en el aquí y el ahora.

Es decir, el acuerdo en una teoría ideal no supone haber resuelto el problema de cuál debe ser su modelo de teoría no-ideal, es decir, para nuestras circunstancias. Aquí es cuando también hay que tener en cuenta las razones prudenciales.

Un error fundamental cometido en el pasado fue el de pretender la aplicación directa de una teoría ideal. Es el mal del utopismo ya denunciado por Edmund Burke en sus 'Reflexiones sobre la Revolución francesa'.

Nunca ha existido un régimen puro político liberal, ni uno marxista; y eso por las mismas razones por las que no ha existido un régimen capitalista liberal puro. Se trata de teorías ideales que, por definición, no pueden concretarse en sistemas institucionales reales.

Me temo que clamar por la implantación del capitalismo liberal es clamar por una utopía. Además, si en verdad nunca se ha ensayado, ¿qué garantías existen de que procurará la felicidad que la teoria promete?

Y aunque fuera cierto que evitara los ciclos períodicos de crisis de los que jamás nos hemos librado en el pasado, ¿no es un beneficio escaso en comparación con la pérdida que supone renunciar a un sistema de bienestar social?

Por mi parte no sólo creo que existen razones morales para preferir un diseño liberal igualitario, sino también razones prudenciales.

Un sistema de bienestar social no sólo permite proporcionar a todos los participantes de la cooperación social los recursos que necesitan para satisfacer sus derechos fundamentales a la salud o a la educación. Además, proporciona cohesión social al reducir las diferencias en cuano a acceso a recursos derivadas de niveles de renta dispares y minimiza la exclusión social. Es decir, ataca al conjunto de condiciones que favorecen a la criminalidad, a saber: la probreza y la incultura.

Creo, así, que un sistema de bienestar social es más justo que el que propones y, a la postre, más beneficioso para todos.

Un abrazo,
Eze

Eetión dijo...

Hola Eze:

Desde el punto de vista prudencial tal como lo defines, sí considero que es la mejor alternativa. Desde el punto de vista moral, la alternativa es la moral católica que trato de demostrar que es compatible con la opción prudencial. Evidentemente la totalidad de la moral católica no puede ser incluida dentro de las leyes de un Estado liberal, solamente aquella parte que salvaguarde unos mínimos éticos.

Tienes razón cuando mencionas el riesgo de caer en la utopía. No se trata de conseguir la felicidad mediante la simple aplicación de teorías económicas. Eso sería un error semejante a los que mencionas. Se trata de buscar el comportamiento económico adecuado compatible con la naturaleza humana que permita avanzar en la consecución de la felicidad. No sería suficiente, pero posiblemente necesario.

Dices bien cuando afirmas que lo importante de cualquier sistema económico es conseguir la satisfacción de unas necesidades mínimas para todo ser humano. Y es precisamente ahí donde estoy convencido que una economía liberal (austriaca) puede conseguirlo. El actual sistema de bienestar social es insostenible y nos llevará a la larga a aquello que pretendíamos combatir: la pobreza de toda la sociedad.

Un abrazo.

eze dijo...

Hola Eetión,

Perdona por no contestar antes, pero mi trabajo académico me ha tenido ocupado. Felizmente, porque he asistido a un delicioso congreso sobre filosofía del Derecho.

Me alegra que estemos de acuerdo en tantas cosas. Parece que nuestra discrepancia es empírica: tú sostienes que un sistema de bienestar es impracticable a largo plazo; yo no.

Más allá de ello te concedo algo. Si tuvieras razón en este punto empírico, la justicia exigiría renunciar a ese sistema e intentar realizar otro. Quizá el capitalismo liberal.

Un abrazo,
Eze

Eetión dijo...

Hola, Eze:

No te preocupes. ¡Qué suerte que tienes pudiendo acudir a esos congresos! :-)

A mi también me alegra que siempre podamos encontrar una vía de dialogo que para mi es enriquecedora. Espero que no termines por aburrirte.

Una matización. Si por empírico entiendes inductivo, he de comentarte que mi posicionamiento (que he asumido de la Escuela Austriaca de Economía) es totalmente el contrario. Se trata de llegar deductivamente a la demostración de que el capitalismo liberal es la opción correcta. En esto se diferencia la mencionada escuela del liberalismo clásico que era más partidario del método inductivo. Un ejemplo de esta forma de plantear el problema es la tesis de Gabriel Zanotti que hace un planteamiento como filósofo usando el mencionado método deductivo. Si algún día tienes tiempo, creo que te puede gustar el planteamiento debido a tu formación, aunque no compartas necesariamente sus axiomas.

Un saludo.

eze dijo...

Hola Eetión,

Veamos si te he entendido bien. De forma preliminar, definiré el modo que empleo las expresiones 'método inductivo' y 'm´rtodo deductivo', para asegurarnos de que hablamos de los mismo. Después comentaré cuál de los dos me parece más adecuado para las ciencias económicas.

Definiciones:

a) Método inductivo: construcción de patrones de correlación entre dos o más tipos de fenómenos (v.g., A y B), justificados por la observación de la correlación de instanciaciones de A y B (v.g., a1-b1, a2-b2, a3-b3). Así, se dice que el tipo de fenómeno B sigue siempre al tipo de fenómeno A, puesto que se ha observado que las instanciones b de B han seguido siempre a las instanciaciones a de A. La conexión entre as y bs no es conceptual sino empírica.

Método inductivo no equivale a método científico. El método científico es una especie de método inductivo.

b) Método deductivo: a partir de un conjunto de proposiciones fundamentales (axiomas) se infiere otro conjunto de proposiciones justificadas por las reglas de inferencia deductiva (o reglas de lógica formal). La conexión entre el conjunto de proposiciones derivadas y el conjunto de proposiciones fundamentales no es empírica, sino conceptual.

Ahora viene mi comentario. Toda ciencia que estudie un fenómeno empírico (esto es una redundancia) debe, necesariamente, emplear el método inductivo, pues sólo así puede justificar 'leyes' o generalizaciones a partir de fenómenos particulares.

Asimismo, toda ciencia necesita de emplear el método deductivo, es decir, extraer conclusiones concepctualmente necesarias a partir de aquellas 'leyes naturales' que ya ha justificado inductivamente.

Lo que quiero decir es que en las disciplinas que tratan de fenómenos del mundo (como los mercados) es preciso emplear ambos métodos. La cuestión es cuál posee un carácter fundamental de la investigación.

Es de mi parecer que el método inductivo es fundamental. Toda inestigación deductiva debe partir de axiomas no justificables deductivamente. Puesto que, sin embargo, los axiomas deben estar justificados para que lo esté el conjunto de la investigación, no queda sino jusificarlos indictivamente.

Por ejemplo: pongamos que en la escuela austríaca se sacan las conclusiones C1 Y C2. Se dice que son inferencias deductivas, es decir, conceptualmente necesarias, de las premisas P1, P2, P3, P4. A su vez se muestra cómo éstas son inferencias deductivas de las premisas Pa, Pb, Pc...Pn. El último paso es mostrar como éstas se deducen de un conjunto de premisas fundamentales o axiomas, v.g., A1, A2, A3.

Ahora bien, ¿qué hacer cuando se inquiere por las razones que justifican los axiomas A1, A2, A3? Por definición no pueden mostrarse otras premisas de las que éstos hayan sido deducidos, pues entonces no serían tales axiomas.

La única forma de justificarlos es decir cosas como 'Se trata de verdades autoevidentes', con lo que se quiere decir que son las poposiciones que mejor se acomodan a aquellas intuiciones que tenemos sobre el mundo y de las que más convencidos estamos. Es decir, tales axiomas son la mejor reconstrucción que tenemos de nuestras intuiciones.

Si esto es así y nuestros axiomas se justifican la capacidad que poseen de explicar teóricamente nuestras intuiciones... ¡pues resulta que son proposiciones generales justificadas inductivamente!

Por eso el método inductivo es fundamental en todo razonamiento humano. Y así, también, en la ciencia económica (como en filosofía).

Un abrazo,
Eze

Eetión dijo...

Estimado Eze:

Hoy me toca a mí disculparme por la tardanza en la respuesta.

Estoy de acuerdo que los axiomas que se enuncian son deducidos inductivamente. Si tratas de explicar la realidad no podría ser de otra forma. Pero esto se podría aplicar incluso a sistemas deductivos tan puros como por ejemplo la geometría euclidiana. Por ejemplo, el postulado que nos dice que dado dos puntos, se puede trazar una y sólo una recta que los une, ¿no es una inducción de la realidad que nos rodea?

Sin embargo, el enfoque epistemológico de la Escuela Austriaca de Economía tendría más relación con sistemas como el que te acabo de mencionar que con el sistema de las ciencias naturales como la Física. En esto se diferencia dicha escuela de la Escuela Neoclásica de Economía. Por ejemplo, es imposible formular relaciones funcionales (en sentido matemático) tales como funciones de oferta y demanda que suelen plantearse en la economía que se enseña en la mayoría de las universidades. Y esto es imposible por la propia naturaleza de comportamiento humano que hace imposible encasillarlo en ecuaciones. Este aspecto es básico en mi visión de la teoría económica y a partir del mismo se pueden sacar importantes conclusiones como la imposibilidad de realizar predicciones específicas de tipo económico. Sólo podremos predecir tendencias de tipo general (lo que Hayek llamaba pattern predictions). De igual manera, tampoco podremos reproducir situaciones tales como se hacen en un laboratorio, ni por lo tanto podríamos falsar una determinada teoría. Con ello rompes con los dos pilares del método científico de las ciencias naturales y haces que dicho método sea inaplicable en la Economía.

Un saludo.

Anónimo dijo...

He leído y visto su documental.
Espero alguien me responda, luego de leer mi comentario.

El sistema de valores que postula el liberalismo, minimización del estado, libre iniciativa, cuenta-propismo... etc. me resultan muy familiares y deseables. El único inconveniente que veo, al premio natural por el esfuerzo propio planteado desde su teoría, es el siempre presente derecho de herencia que elimina la "igualdad" mata a Darwin, y genera las clases sociales impermeables que el "feliz" capitalismo festeja.
Si Pedro comienza vendiendo caramelos y termina con un shoping, habrá demostrado cabalmente vuestra teoría y la mía. Quien está en falta quien es inmoral, contraético, anti- democrático es simplemente quien empieza y nace con un shoping en la cuna: su hijo.