sábado, 28 de mayo de 2011

Al fin, todos iguales (el proyecto de Ley de Igualdad)

En 1961, Kurt Vonnegut publicó un cuento corto de ciencia ficción titulado "Harrison Bergeron". La historia transcurre en los Estados Unidos, en el año 2081. Las 211ª, 212ª y la 213ª enmiendas de la Constitución han hecho que todos los americanos sean iguales, "no sólo iguales ante Dios y la ley, sino iguales en cualquier sentido". En 2009, Chandler Tuttle llevó a la pantalla esta historia con el título de "2081", siendo premiada en el Festival Internacional de Cine de Seattle:

Fragmento del corto "2081", de Chandler Tuttle


Ayer, 27 de mayo, el Consejo de Ministro aprobó el proyecto de Ley Integral para la igualdad de trato y la no discriminación. Da terror comprobar al leer el texto de la ley, como sus artículos parecen copiados de historia que acabamos de comentar. Veamos una comparativa entre el proyecto de ley y el relato de ciencia ficción:

Proyecto de Ley Integral para la Igualdad de Trato y la no Discriminación

Artículo 2
Se reconoce el derecho a la igualdad de trato y no discriminación. Nadie podrá ser discriminado por razón de nacimiento, origen racial o étnico, sexo, religión, convicción u opinión, edad, discapacidad, orientación o identidad sexual, enfermedad, lengua o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.

Artículo 5
La discriminación indirecta se produce cuando una disposición, criterio o práctica aparentemente neutros ocasiona o puede ocasionar a una o varias personas una desventaja particular con respecto a otras.

Artículo 37
Se crea la Autoridad para la Igualdad de Trato y la No Discriminación, como autoridad independiente encargada de proteger y promover la igualdad de trato y no discriminación de las personas por razón de las causas previstas en esta Ley, tanto en el sector público como en el privado (…)

Artículo 11
Se consideran acciones positivas las diferencias de trato orientadas a prevenir, eliminar y, en su caso, compensar cualquier forma de discriminación en su dimensión colectiva o social. Tales medidas serán aplicables en tanto subsistan las situaciones de discriminación que las justifican y habrán de ser razonables y proporcionadas en relación con los medios para su desarrollo, los objetivos que persigan y los plazos para su consecución.
Harrison Bergeron (2081)









Nadie era más inteligente que cualquier otro. Nadie era más guapo que cualquier otro, nadie era más fuerte, ni más rápido.






(…) y de la incesante vigilancia de los Generales de la Igualdad de los Estado Unidos.






Los fuertes llevaban pesas para hacerlos más débiles, los inteligentes llevaban auriculares que les impedían tomar injusta ventaja de sus cerebros. Incluso lo hermosos algunas veces llevaban máscaras en las situaciones donde la belleza podía distraer demasiado.

Cuando un Gobierno elabora leyes que se asemejan a historias publicadas hace ya cincuenta años que nos hablan de un mundo totalitario, de una distopía, deberíamos pensar que posiblemente, si nos mantenemos indiferentes, nuestra realidad terminará siendo la misma que la narrada en esas historias. Debemos actuar para que eso no ocurra.


Enlaces recomendados:
Harrison Bergeron - Kurt Vonnegut (Scrib - Cuento completo)
Anteproyecto de Ley Integral para la Igualdad de Trato y la no Discriminación

viernes, 27 de mayo de 2011

La viñeta de la semana: La otra nube


@Padylla. Si deseas ver otras viñetas publicadas por su autor esta semana, visita su blog www.padylla.com

domingo, 15 de mayo de 2011

¿Todo empresario que ha querido despedir, ha despedido? (debate entre María Blanco y Luis Solana)

El pasado jueves, hubo un interesante debate, organizado por Periodista Digital, entre la economista María Blanco y el político socialista Luis Solana. En un momento del debate, Luis solana afirmó que la rigidez del mercado de trabajo no era ya un problema para las empresas. Sin embargo, María Blanco le contestó que muchas empresas se veían abocadas al cierre al no poder dimensionar adecuadamente su plantilla. Veamos el momento de este intercambio de opiniones:



Por mi parte, y no soy el único, considero que María Blanco tiene toda la razón. No entiendo como una persona con la formación y experiencia de Luis Solana puede afirmar que no hay "ni un empresario" que tenga un trabajador contratado forzadamente al no poderlo despedir. Pero como esto no sería más que otra opinión, hagamos unos cálculos para demostrarlo. Intentaré poner un ejemplo que pueda considerarse un caso típico de una microempresa.

Sea una empresa de 2 trabajadores y su titular (autónomo) con una facturación bruta anual de 90.000 euros. Supongamos que estos dos trabajadores cobran un sueldo bruto anual de 15.000 euros y que el propietario de la empresa cobra un sueldo bruto anual de 21.600 euros. Supongamos además que ambos trabajadores tienen una antigüedad en la empresa de 15 años.

Los costes laborales anuales de esta empresa (incluyendo al titular) serían de 63.570 euros. Supongamos unos costes fijos de 18.000 euros y unos impuestos a pagar por el titular de 5.000 euros. Además, la empresa realiza inversiones necesarias por valor de 1.500 euros anuales. Esto llevaría a que la empresa podría acumular anualmente unas reservas de 1.930 euros.

Para simplificar los cálculos supongamos que la facturación, los costes salariales, los costes fijos, los impuestos y la inversión se mantienen fijos a lo largo de los 15 años (considérese que estas cantidades constituyen una media de estos años).

Al comienzo de la crisis, la empresa baja su facturación un 20%, siendo ésta por tanto de 72.000 euros, reduce los costes fijos un 10%, deja de invertir y no paga impuestos ya que tiene pérdidas. Supongamos además que ha acumulado las reservas de todos los años, disponiendo por tanto de un importe de 28.950 euros.

El primer año de la crisis, el titular aguanta para ver si la situación cambia y utiliza parte de las reservas para compensar las pérdidas. Así, estas reservas se reducen a 21.180 euros al final del primer año, pues la empresa ha perdido 7.770 euros. Suponiendo que no varíen las circunstancias, la empresa podría aguantar dos años más manteniendo estas pérdidas, pero al final de estos tres años de crisis, las reservas habrán disminuido a 5.640 euros y tendría que cerrar.

La otra opción que le quedaba al titular de la empresa era disminuir los costes laborales. Sin embargo, no puede pactar una disminución de los sueldos de los trabajadores al no dejarle el convenio colectivo, ni evidentemente puede bajar las elevadas cotizaciones que sufre. La única solución viable sería despedir a un trabajador. Con ello la empresa pasaría a tener un beneficio neto de unos 11.600 euros, más que suficiente para poder sobrevivir e incluso volver a contratar cuando disminuyura la crisis. Sin embargo, el problema que se le presenta es que la indemnización que ha de pagar al trabajador para despedirlo sería de unos 30.000 euros. Con unas reservas al final del primer año de la crisis de 21.180 euros y sin capacidad de financiación, a la empresa no le quedará otra salida que aguantar un par de años más y luego cerrar. Así, en lugar de perderse un solo puesto de trabajo, han sido tres los que se han perdido. Si la indemnización por despido hubiera sido de, por ejemplo, 20 días por año trabajado, la indemnización se hubiera reducido a 13.000 euros, pudiendo despedir al trabajador y mantener la empresa abierta. ¿Todo empresario que ha querido despedir, ha despedido? Mucho me temo que no. Que cada cual saque sus propias conclusiones.

martes, 10 de mayo de 2011

¡Nosotros no hemos sido! (excusas socialistas)

Parece ser que como al gobierno socialista se le han acabado las ideas para combatir la crisis (teniendo en cuenta que las que han tenido no han funcionado), ha llegado el momento de negar responsabilidades. Existe un grave problema con el desempleo, afirman el Gobierno, pero nosotros no hemos sido los culpables. Esto lo dijo Jose Luis Rodríguez Zapatero hace unos días en uno de sus mítines y parece que ahora es la consigna a seguir por todos los políticos y simpatizantes socialistas. Un ejemplo de eso fue el debate que tuvo lugar el pasado sábado en el programa la Noria. En dicho debate se preguntaba al público a través de una encuesta, quién había sido el responsable del actual paro. Desde las filas simpatizantes de la izquierda la respuesta parecía obvia: Aznar. Y por supuesto se añaden luego todos los demás tópicos habituales para negar la responsabilidad del actual gobierno


Puestos a buscar responsables y huyendo de posturas maniqueas, lo primero que hemos de preguntarnos es el motivo de los ciclos recurrentes que sufre la economía a lo largo de, al menos los últimos ciento cincuenta años. La burbuja inmobiliaria fue el resultado de las manipulaciones del tipo de interés de los distintos bancos centrales, lo que provocó una expansión artificial del crédito, no respaldada por ahorro real. Esta vez le tocó a la construcción de viviendas. Otras veces han sido las puntocom o cualquier otra inversión que resultasen muy rentable teniendo en cuenta los bajos intereses en las distintas zonas monetarias. Y la burbuja se expandió durante los gobiernos de Aznar. Pero igualmente se habría producido con cualquier gobierno. El motivo último, tal y como hemos comentado, estaba fuera del ámbito nacional.

Sin embargo, aunque el estallido de la burbuja era un hecho anunciado, las consecuencias del mismo, y los altos índices de paro en España, sí son producto de nuestra actual estructura económica. Un mercado de trabajo ultrarígido, unas empresas, en general, escasamente competitivas y un estado burocratizado y altamente intervencionista, contribuyeron a formar la tormenta perfecta en el país. Y es ahí donde aparece la responsabilidad del gobierno socialista. Durante los últimos siete años se ha dedicado a no afrontar los problemas, llegando incluso a negarlos. Los aspectos buenos de la herencia que recibieron de los gobiernos populares, entiéndase el superavit de las cuentas públicas, han sido dilapidados al aplicar las típicas políticas keynesianas (los málditos estabilizadores automáticos), incrementado los gastos públicos hasta alcanzar un 11,2% de déficit. Y de resto no ha hecho mucho más. Algunas tímidas reformas, realizadas más por imposición de la Unión Europa que por convencimiento propio. Ya no sabe que más hacer y, aunque algunos ya se lo hayan advertido y se continúe ofreciéndole nuevas ideas para afrontar los problemas, su soberbia y su sectarismo le impiden rectificar. Señores socialistas, han fallado, no esparzan ahora su habitual propaganda. Han fallado… ¡Que pase el siguiente!



Enlaces relacionados:
La teoria "austriaca" del ciclo economico - Ludwig von Mises (1936) - Revista Libertas

viernes, 6 de mayo de 2011

Memoria, Dignidad, Justicia

No olvidemos nunca. Ellos son nosotros. Su dolor es nuestro dolor. Su lucha es nuestra lucha.



Enlace relacionado:
Los magistrados del PSOE aprueban las listas de ETA - Libertad Digital